En tiempo de la revolución, había un señor llamado Juan 14.
Un día, desde muy temprano empezaron a tocar las campanas de la iglesia y molesto porque no lo dejaban dormir a gusto, se levantó muy enojado y se dirigió hacia el camino, donde iba a pasar el campanero; después de un rato de espera, desde lejos observó que éste venía, en el momento que pasaba, para asustarlo le dio un golpe al grado de que cayó el campanero al suelo; Juan 14 no se percató que lo había asesinado con el tremendo golpe que le propinó.
Al amanecer las personas de la iglesia se dieron cuenta del hallazgo inmediatamente llamaron a Pancho Villa y ordenó que se hicieran las investigaciones para encontrar al culpable; pronto descubrieron que el autor había sido Juan 14 y fueron en su búsqueda, él argumentaba que no era posible haberlo matado porque sólo un golpe
le propinó. Para comprobarlo, Villa mandó a traer una mula y le dijo que si con un golpe tumbaba al animal, pues él sería el asesino y así fue, la mula murió. Villa enfurecido le pidió que se fuera del pueblo porque no era conveniente que viviera con la sociedad. Con esta narración nos damos cuenta que sí las personas no acatan las normas de la sociedad, no es posible vivir en ella.
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